jueves, 13 de agosto de 2015

FACTORES DE RIESGO FAMILIAR

FACTORES DE RIESGO FAMILIARES
La literatura extranjera ha investigado ampliamente la influencia de la familia en el desarrollo del comportamiento delictivo. Existirían varias formas en que las características familiares influyen en la generación de comportamiento delictivo:
- Estrés familiar: La vivencia de dificultades por parte de los tutores responsables (por ejemplo estrés económico) genera conductas de hostilidad, evitación, depresión, conflicto, etc., en los padres. Esto también deriva en el aislamiento del niño, ya que se suspenden las funciones de cuidado y monitoreo de su comportamiento.
- Estructura familiar: El crecer en familias monoparentales, ser hijo de padre soltero y vivir en  una familia de gran tamaño (más de 4 hijos), son variables que han sido descritas como antecedentes del  desarrollo de conductas de riesgo. Por sí mismas estas variables parecen no ser un factor de riesgo, sino que se asocian con una mayor probabilidad de que se deteriore el estilo parental y predomine un monitoreo inadecuado.



- Abuso y negligencia familiar: El ser objeto de abuso y negligencia pareciera predisponer al desarrollo de una personalidad sociópata más que un comportamiento delictivo en sí. El comportamiento delictivo es un componente que forma parte del cuadro de la personalidad sociopática y, sin embargo, no todas las personas que infringen la ley tienen una personalidad sociopática. Por ello el efecto puede ser más indirecto que directo.
- Estilo parental hostil, crítico y punitivo:
 Se sostiene que esta variable tiene una influencia importante en la generación y mantención del comportamiento delictivo.
Existen diferentes explicaciones de cómo la coerción y la hostilidad parental pueden llevar al desarrollo del comportamiento delictivo:
¸ La hostilidad en las relaciones parentales promueve el alejamiento del niño de las personas, ya que disminuye la intensidad de los lazos afectivos que el niño establece con los individuos y la sociedad, contribuyendo al debilitamiento del compromiso con los valores pro-sociales. En este sentido, el maltrato por parte de los padres hacia el niño o adolescente resulta en el desarrollo de un pobre apego con los padres. De acuerdo a la teoría de control social de Hirschi, todas las personas tendrían una tendencia hacia la desviación social, ya que ésta provee los medios más expeditos para satisfacer los deseos personales. La desviación es inhibida por los lazos afectivos que los individuos tienen hacia diversas instituciones como la familia y la escuela. Se evitaría el comportarse de modo desviado, ya que esto arriesgaría las relaciones sociales que son apreciadas por las personas. En este contexto,  aquellos individuos que no tienen estos lazos tienen mayor libertad para emprender este tipo de comportamientos, ya que tienen menos que perder. Por otro lado, la exposición crónica a patrones violentos de comportamiento puede fomentar aceptación de tales patrones, los cuales se imitan y son reforzados





¸ El uso de un estilo parental inadecuado (duro e inconsistente) en el manejo del comportamiento oposicionista temprano del niño moldea la ocurrencia de conductas agresivas posteriores, ya que la frecuencia de las interacciones coercitivas entre niños y padres aumenta progresivamente.
Los padres se vuelven crecientemente inconsistentes en sus estilos disciplinarios, lo que contribuye al desarrollo de un comportamiento agresivo persistente que se extiende a la escuela,  generando rechazo por parte de los pares y fracaso académico. Dadas las condiciones anteriores, se facilita que el niño se relacione más frecuentemente con grupos de pares desviados

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¸ La vivencia de maltrato genera sentimientos negativos que hacen más probable que se responda  con agresión al estrés. Sentimientos como la ira se asocian con una tendencia a percibirse a sí mismo como víctima, lo que energiza la acción del individuo, disminuyendo sus inhibiciones
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En síntesis, respecto del ámbito familiar es posible concluir que los padres inefectivos, que no supervisan, que son ambiguos, y cuyos métodos disciplinarios dependen de su propio estado de ánimo más que de lo que el niño ha hecho, no responden a las necesidades


El concepto de “desviación” se utiliza en el sentido de su origen inglés (deviance), el que alude a apartarse de la norma.



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